sábado, 28 de julio de 2012

impassioned.

"Si muero sin conocerte,
no muero,
porque no he vivido"

Luis Cernuda.



Al principio, todo era Caos.

Luego llegaste abriendo una brecha en la inmensidad de lo oscuro -delirio-, arrojando al fuego los mitos creídos durante tanto tiempo y poniendo la primera piedra de una nueva fe. No me importó más la erosión de mi sangre (perdida en ti); sentí cómo mi cuerpo se fluidificaba y llegaba a tus pies descalzos, voluptuoso y aromático como las flores de jazmín. Congélame, caliéntame, evapórame, transmútame a tu antojo. Que mis venas gelatinosas te sientan más puro que nunca, muérdeme, mimetízate en mi piel.


Y por si algún día reniego de tu luz -se llamaba Herejía- quémame con tu lengua por debajo del lóbulo. Pues al final sólo quedará el NO.
La lluvia (eso siempre).
El suelo encharcado y mis ojos, cuencas vacías.
Sin ti.

Al principio, todo era Caos.

jueves, 26 de julio de 2012

desidia.

En un mundo en el que las palabras sobren, tú serás la coma y yo el punto final. Si cambiáramos los papeles me asustarías constantemente con la idea de que esto ya se acaba, que dejan de ser dos puntos suspensivos. Y mi corazón ya no está para estos trotes tan salvajes. Hace tiempo tuve que remendarlo con hilo marrón, para que nunca se me olvidara el color de tus ojos, aunque no le llega ni por asomo al chocolate más puro y dulce que escondes en esos agujeritos negros. Como abocada constantemente a un horizonte sobre el mar, juego a cambiar la posición de los pies para salir corriendo si me llamas desde abajo, como imantada a tu piel.

domingo, 22 de julio de 2012

oniria.

Y que hoy me encantaría regresar al Olimpo de tu boca, para vivirte a través de los besos inquietos que grabaste a fuego en mi corazón. Si me dieran a elegir un único lugar en el que quedarme toda la vida sería sin duda ese paraíso carnoso y encarnado que gobierna mi piel cada vez que se anima a rozarla. Porque son un barranco frente al mar por el que escurrirse, pero sin lamentaciones. Qué me importa si dentro de dos días o dos meses ya no serán míos. Déjame disfrutarlos mientras tanto, a ver si con un poco de suerte nos absorbemos mutuamente y así me llevas tatuada en tu saliva de por vida.

sábado, 5 de mayo de 2012

insomnio.

Es la quinta noche que me despierto de madrugada. El cupo de sueño me hace delirar y preguntarme si no hay algo raro, algo que no encaje ahora mismo en mi vida. Abro mis párpados doloridos para descubrir unos ojos secos en la oscuridad de mi habitación; estiro las piernas para robarle un poco más de espacio a la cama y acomodo mis brazos debajo de mi cabeza. Es hora de pensar. Tontamente, me van viniendo recuerdos a la cabeza de hace algunos años y la nostalgia se apodera poco a poco de mi pecho. Todo era más fácil antes. O quizá no. Es igual, lo único que no ha cambiado es que la lluvia sigue golpeando los cristales de mi habitación. Quizá haya sido eso la causa de mi desvelo. Porque, yo estaba dormida, ¿no?... Igual solamente estaba fingiendo que dormía, como ahora puedo estar fingiendo que me acuerdo de cómo se piensa. Estiro mis brazos hasta que me duele. No, eso no es prueba suficiente. Puedo estar dormida y en mis sueños, mis brazos también van a dolerme si los estiro demasiado. O puede que no esté ni siquiera dormida. Puede que no esté ni siquiera en mi cama tumbada, que sólo recuerde lo que un día tuve. O que sólo recuerde lo que nunca sucedió. Y es esta posibilidad la que me aterra, y mientras me doy la vuelta en la cama, me tapo con las sábanas hasta la cabeza, con el corazón bombeando sangre muerto de miedo. O puede que solamente me moleste la luz que empieza a colarse por las rendijas de las persianas. Es madrugada.

domingo, 11 de marzo de 2012

carrusel.

Parece que hace falta salir de vez en cuando a respirar el aire de las amapolas y los almendros, resplandecientes entre montañas de hojarasca. A veces es necesario volar por la carretera y agotar las piernas sorteando guijarros y baldosas azules para llegar a la pupila de un búho apostado en una chimenea, o a sujetar las alas moteadas de una frágil mariposa.

Saltar, gritar, resbalarse, preguntar, fotografiar y cantar.

Y luego llegar a casa y darse cuenta de que absolutamente nada de tu mundo ha variado. Que los libros, la ropa y las lágrimas siguen desperdigadas por la habitación, allá donde las dejaste. Que no basta únicamente con poder tocar el cielo unos momentos si no has llevado paracaídas contigo. Y que a cada minuto, el reloj de arena cambia de posición: el eterno retorno.

sábado, 10 de marzo de 2012

donde solíamos gritar.

A pesar de que los días van menguando la llegada de la primavera, mi corazón ya aletea desde hace varios meses como un colibrí. Las taquicardias han ido ganando peso en mi pecho, sobre todo cada vez que tus labios rozan mi piel. Estar contigo es...

... ¡demonios!, ¿cómo definirlo? Igual si me das otro beso recupero la dicción, porque las ganas de tenerte no las pierdo nunca. Como tampoco me pierdo cada minúsculo movimiento con los que tus ojillos -del color de la coca-cola- recorren mi gesto después de una explosión de vida y luz.

Y todos los días acostumbro a tachar un número del calendario. Este mes le ha tocado a los impares, pero de vez en cuando hago trampas y me salto un par de días, a ver si de esa forma llegamos antes al sábado y me abrazas un poquito. Mientras tanto, me contento con mirar una y otra vez las dos iniciales grabadas en un banco a fuego de compás.

lunes, 5 de marzo de 2012

un ramo de flores en la espalda...

... y dos luciérnagas cortejándose a la luz de las rendijas de las persianas. Volamos como ecos que se inflaman en vórtices de besos infinitos.



Me dices "no seas impaciente...". No puedo evitarlo.

Pero no desespereres, que el espectáculo no ha hecho más que comenzar.
Tú ya sabes que la luna a mí siempre me sabe a poco.

jueves, 9 de febrero de 2012

comptine d'un autre été, l'après-midi.

¿Sabes qué es lo único que necesitas saber?







Envuélveme en torrentes acuosos
que logren de mi cuerpo hacer velero,
a ver si como un burdo marinero
naufrago por las costas de tus ojos.

Surcando el mar en ecos deliciosos
de besos clandestinos en febrero;
el sol me roba un guiño sabinero
y huye hacia horizontes caprichosos.

El ronco acariciar del oleaje;
el leve pronunciar de lo infinito;
la duda de un efímero momento.

El no poder parar el abordaje
a tu piel, cual corsario maldito
viviendo enamorado de un tormento.

lunes, 30 de enero de 2012

ophelia.




Acabarás volviéndome loca.
Sólo pido que cuando llegue la hora, pueda descansar en hierba mullida y fresca, bañada por el rocío matutino, y rodeada de amapolas y madreselvas.
Y que al girar la cabeza, aún estemos cogidos de la mano.

miércoles, 18 de enero de 2012

una esquina doblada.

Yo,
que he vertido mi sangre
por los límites de tu cuerpo;
que descoso reticencias
con agujas de miel y secos labios;
que mastico amaneceres,
auroras rotas de versos y lágrimas.

Yo quisiera encontrar
en los rincones de tu mirada
una voz,
suave como la caricia del otoño
en mi piel. Una voz
que desgaje uno a uno
los pedazos de mi alma,
donde los cuervos anidan
en boca rota de amor y bandadas.