sábado, 31 de diciembre de 2011

ha nacido un cisne.

Desperté una mañana de 2011 -no recuerdo ahora si fue agosto, septiembre o quizá octubre- notando un profundo cambio en mí. Una certeza, una seguridad propia y sobre todo ganas de hacer lo prohibido me empujaron a arrinconarte contra mi cama, día sí y noche también.
Los "noes" se repetían continuamente, ahogándote y quebrándose en tu garganta junto a ese erótico ronroneo que brota de tu pecho cada vez que mis labios rozan tu piel. Me dieron alas nuevas, más grandes y más oscuras, para no tener que quedarme con las ganas de tenerte cada vez que me apeteciera. Y cuanto más difícil me lo ponías más me gustaba el juego.




Si hay algo que quiera agradecer al 2011 es la oportunidad que me ha dado para "nacer de nuevo", más fuerte y más valiente, pero más oscura al mismo tiempo. Sigo siendo algo hermoso y delicado, pero en lugar de timidez, la seducción ha ido instalándose en mi sangre y en mi piel, convenciéndome de que eres mío.

viernes, 9 de diciembre de 2011

una vez en diciembre.

Si me dieran un céntimo cada vez que me aconsejan alejarme de ti, ahora mismo sería millonaria; y no estaría escribiéndote desde mi ordenador de mesa -ese cacharro con más años que mi abuela, infestado de troyanos y con el Office 2000-, es más, no estaría ni en mi propia habitación. Ojalá hiciera caso de aquéllos que cada día me miran con resignación cuando me ven por la mañana y aciertan en decir, en pensar, que he vuelto a soñar contigo. Pero seamos realistas, tengo motivos para hacerlo.
Desde el otro lado del espejo, no se puede contemplar ni sentir lo que vive dentro de mí en este momento. Es como si tuviera dos ardillas correteando revoltosas por mi pecho, calentándome la sangre y la cabeza cada día que pasa y no te veo. Si me hubiera parado a pensarlo un momento, con calma, con seso y racionalidad, no sería yo, y ahora mismo no estaría escribiendo esto. De modo que -como dice una buena amiga-: ¡viva yo!
Porque, verdaderamente, no tengo que rendir cuentas con el reloj de arena. Puede que me esté equivocando, y puede que mis alas se quemen y nunca vuelvan a batirse acariciándote las pestañas; pero puede que no me importe pasarme las noches corriendo detrás de ti en medio de una vorágine de burbujas, aunque luego amanezca con dos lágrimas cristalizadas en las mejillas.
Maldita dulzura la tuya.

jueves, 10 de noviembre de 2011

rojitas las orejas.

Tengo ronca el alma de quererte
en esta soledad llena que me ahoga;
tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
y tengo los ojos ciegos de no verte;
tengo mi cuerpo abandonado al abandono
y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;
tengo la voz tosca de hablar con tanta gente
y tengo la voz preciosa de cantarte;
tengo las manos agrietadas de la escarcha
y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte;
tengo soledad, luz, alegría, tristeza,
rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...

Y también te tengo a ti,[...]
caminando por las venas con mi sangre.


Ganas de ti, de hacer lo prohibido. Ganas de verte, de tocarte, de comerte a besos.
Pero sobre todo, ganas de un "sí"

viernes, 4 de noviembre de 2011

nights in white satin.

Ojalá pudiera ser más perfecta para ti.
Ojalá pudiera regalarte un cielo de estrellas, para que al mirarlo, recordaras cómo brillan mis pupilas cuando me abrazas.


lunes, 24 de octubre de 2011

los lunes de octubre.

Lluvia y frío,
el marco de la impotencia.

Octubre se muere
y lega una cortina de vapores azulados,
del mismo color que tu sonrisa.

Yo me siento, encorvada,
y miro las tétricas nubes
en su vorágine de grises.
Deslizo mis manos,
compositoras de desgracias
por mis sábanas, frías,
sin ti.

Dos brasas me devuelven
la mirada,
lóbrega caricia de un ayer.
La melodía de los cuervos
se me antoja vida,
placer, verdad.


Te busco,
pero no me oyes.

Te llamo,
pero no respiras.

Te quiero,
pero no sonríes.

jueves, 20 de octubre de 2011

las nubes de tu pelo.




Para hoy, dos de "ansiedad", por favor.
(mi médico me recetó una dosis doble de tus labios diariamente)

domingo, 16 de octubre de 2011

más de 100 mentiras.

Vivir contigo es columpiarse en una parábola de sonrisas y lágrimas. Dos días bien y cuatro mal; y vuelta a empezar de nuevo. Ya somos mayorcitos para saber hacia qué norte gira nuestra brújula, y ya va siendo hora de que eches un vistazo a la tuya... o por lo menos la hagas decidir. No sirve de nada que me dibujes las mejillas con los dedos si luego me condenas al olvido toda la noche en un rincón.



Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.



Joaquín Sabina.

martes, 4 de octubre de 2011

inmortal.

Me quema la sangre,
me pueden las ganas
.


La Fuga.



Y aún así, seguimos soñando con el humo de los trenes eléctricos. Dios bendiga la insensatez, los raíles de Batán y mis ganas de tenerte. Guárdame un cachito de tus labios, que mañana tendré hambre.

jueves, 29 de septiembre de 2011

siete y cuarto p.m.

Para los días en los que te das cuenta de que tienes 20 lecturas que hacer en 3 meses. Y te da igual.
Para los días en los que madrugas innecesariamente una hora y media más. Y compartes risas toda la mañana.
Para los días en los que sabes que un profesor te va a tener enamorado todo el cuatrimestre. Y tienes ganas de empezar.
Para los días en los que comes en el Foster's con un amigo. Y acabas hasta arriba.
Para los días en los que ese amigo te dice que confía en tí más de lo previsto. SP12.
Para los días en los que hacer rotondas es pan comido. Conducción temeraria de mi profesor.


http://www.youtube.com/watch?v=WRwyJW3AC7Y

miércoles, 28 de septiembre de 2011

porque amores que matan nunca mueren.




- Me encantaría comerte ahora mismo...
- ¿Tú crees?
Y tuvo que cerrar los ojos cuando mis labios se cerraron en torno a su lóbulo.


Yo no quiero París con aguacero,
ni Venecia sin ti.


Joaquín Sabina.

domingo, 25 de septiembre de 2011

largo domingo de septiembre.

Hoy te escribo, Señor, y te pregunto
por la escondida luna de mi muerte;
por sus manos de hielos afilados
como agujas que cosen telarañas;
por esa muerte mía, sólo mía,
que aún no está madura por tus campos.

Tú, Dios, para matarme,
para volverme a Ti y a la sombría
cuna de donde vine, has de abrasar mis alas
y desatarme en nube pálida de ceniza
y aplastarme en la luz última de una tarde.

Y yo he de bailar,
con mi vestido gris de polvo y niebla,
frente al cielo amarillo y el sol frío,
sobre tus rosas y arrayanes muertos,
arrastrando mis alas desgarradas
igual que un breve cisne de las flores.

Y te pondré en la mano
dos lágrimas de luz y sal, como un pequeño
quejido por mis alas ardidas ya y cenizas
desde que me las diste un octubre lejano.

Cuando tuvo mi nombre un lugar en el aire
y me llamaron «Julia» para hacerme más sitio.



Julia Uceda.

Para Sólo recordamos lo que nunca sucedió (in memoriam)