lunes, 24 de octubre de 2011

los lunes de octubre.

Lluvia y frío,
el marco de la impotencia.

Octubre se muere
y lega una cortina de vapores azulados,
del mismo color que tu sonrisa.

Yo me siento, encorvada,
y miro las tétricas nubes
en su vorágine de grises.
Deslizo mis manos,
compositoras de desgracias
por mis sábanas, frías,
sin ti.

Dos brasas me devuelven
la mirada,
lóbrega caricia de un ayer.
La melodía de los cuervos
se me antoja vida,
placer, verdad.


Te busco,
pero no me oyes.

Te llamo,
pero no respiras.

Te quiero,
pero no sonríes.

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